jueves, 12 de junio de 2008

Alas sin olvido.



Tierra seca y alas de sombras culpables.
Pequeños pasos de polen amarillento,
Sueño de primavera tardía.
Murmuran suspiros al viento
Cae la melancólica frente.
Han detenido el color del mundo
En un gris; arrebatado de ese blanco diamantino.
De esa diminuta sangre
Que se seca esparcida sobre plumajes peregrinos.
¿Cuándo nació el hambre?
Vientre paterno de un dios dormido.
Flores de mayo reservadas para el silencio.
Pero…
¿Quién?
¿Quién pudiera anocheserce sobre este sufrimiento?
Reservarnos el derecho,
a callar las mutilaciones.
Reservarnos el derecho,
A un hotel cinco estrellas.
Debajo de los escombros,
De una vida que no nos ha tocado vivir.
Seremos polvo sin distancia…
Y olvidaremos cuando regrese
Aquella tarde gris.
Y sus alas sin olvido estarán
Desdibujadas de la memoria del viento.
Cuando regrese aquella tarde gris…
La noche fluirá cada vez más rápido,
Marcando las palabras impunes
En un cementerio sin salida.
Soy tan culpable como los que callan…
Demonios…
Dioses…
Cruz de incierta figura.
Voy a abrirle la tarde al cielo
Para que llore estrellas
Sobre la tumba del destino.
Espíritu tras la sequía…
No grito porque la tierra esta llorando,
Y el silencio se calla para derrumbar su miseria.
África guarda el desgastado
Paso de una infancia sin retorno.
Y yo guardo esta lágrima de pan
Que llorare entrecortada
Cuando el buitre cierre su negro plumaje
Sobre la vergüenza del mundo.

alessandra Coronel.

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